sábado, 23 de enero de 2010

No hay que beber demasiada Coca Cola por las noches

8:15 El despertador que me regalaron por participar en una encuesta (de nestea, en concreto) me despierta. Siempre me olvido de apagarlo para los días en que no lo necesito, si bien eso me ayuda a estudiar. Encima el cabronazo tiene una melodía horrenda que recuerda a una nana; no solo te despierta, encima con recochineo
8:16 Vuelvo a la cama. No puedo dormirme porque ayer me tome dos litros y pico de coca cola yo solo y hablar de anoche significa hablar de hace unas cinco horas. Finalmente, me adentro en una parte del subconsciente que ningún humano debería siquiera contemplar. Acompáñeme a un viaje a lo desconocido, un viaje de mas de cuatro horas

(En algún momento entre las 8:16 y las 9:20) Sueño que voy a la facultad con la compañera y el compañero con quienes me siento. Llevo una mochila pesadísima, de esas que contienen la mitad del saber humano mínimo. Vamos hablando de algún tema sin importancia y al cabo de un rato se hace necesario cruzar la calle que esta enfrente de la facultad de biológicas. Pero ese no es el único problema

Enfrente nuestro hay aparcados dos coches. Seria posible rodearlos sin ningún problema, claro, ¿pero donde esta la diversión en eso? Mientras que mis amigos se me adelantan un trecho, yo me preparo para realizar la proeza. Justo cuando ya me he lanzado contra los coches me doy cuenta de mi error; la mochila.

Intento sobrepasar el capo de los coches, pero mi mochila me empuja inexorablemente al hueco existente entre los dos coches y el bordillo. Por alguna razón extraña, los coches comienzan a comportarse como arenas movedizas; cuanto mas me muevo, mas rápidamente me hundo en ese abismo.

Intento quitarme la mochila, pero tengo las manos atrapadas. Siento que no hay absolutamente nada que pueda hacer y es entonces cuando me pongo a gritar auxilio como una nenaza. No solo voy a morir, sino que además me van a dar el premio Darwin.

Es entonces cuando llega en mi auxilio un personaje inesperado. Junto a mis compañeros llega Marvin, vestido con su tradicional camisa sin mangas negra. Cuando me han sacado, el me explica que nuestro encuentro no ha sido una casualidad.

Me explica que unos amigos suyos están preparando una especie de juego de rol en vivo y que me necesita para hacer su personaje. Lo mas curioso es que mis colegas de la facultad parecen conocer de toda la vida a Marvin, creando una escena de lo mas rocambolesca.

Yo le pregunto sobre que tipo de sistema van a usar. El me dice que no tiene ni idea; que lo único que sabe es que tienen pensado tirar un montón de cohetes artificiales para simular un ambiente extraterrestre. En ese momento me despierto

1 comentario:

  1. La esperadísima novena entrada!

    Marvin es un habitual de las producciones oníricas... puedes dejar de verlo meses, que en algún sueño aparecerá para complementar alguna situación grotesca...

    Cohetes artificiales... típico de Marvin...


    (tienes verificación de palabra? tú?!)

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